En este recién estrenado 2016, uno de los países con más proyección internacional en cuanto a crecimiento se refiere y uno al que todos los grandes analistas señalan como una de las futuras potencias mundiales a medio plazo, India, celebra elecciones a las asambleas de cinco de sus regiones. Las elecciones, que no tienen 'per se' mayor importancia, podrían marcar según algunos análisis de conocedores de la política de este país, marcarán probablemente el cierre de una era de dominio de un partido, el Congreso Nacional Indio, de centro izquierda, que perderá con casi toda seguridad estos comicios y tendrá incluso problemas para mantener la condición de principal partido de la oposición. Con la posible derrota del Partido del Congreso en esta cita electoral, acabará con una hegemonía política que se remonta a los tiempos de la independencia india, y sumirá a la izquierda del país en un tiempo de confusión y dificultad.
El cambio político en India empezó a manifestarse con las elecciones al Lok Sabha, el parlamento del país, que se produjeron en primavera de 2014. Entonces, el Congreso Nacional Indio perdió contundentemente las elecciones contra el Bharatiya Janata Party (BJP), conservador, que ya había alcanzado el poder en anteriores ocasiones. El BJP consiguió 282 escaños, 166 más que en las anteriores elecciones, y el Partido del Congreso perdió 162 de los 206 asientos previos, quedándose en 44 escaños. Por el centro, apareció el AIADMK, socialdemócrata, que consiguió embolsarse 37 diputados. Gran parte de la razón del éxito del BJP en estas elecciones fue la personalidad de su líder, Narendra Modi, un candidato muy popular que realizó una gran campaña en redes sociales y consiguió gran parte del voto tradicional del Congreso Nacional Indio. Modi, uno de los máximos exponentes del nacionalismo indio, se convirtió en una figura muy popular previamente a las elecciones, e inspiró a muchos de los votantes a cambiar de etapa.
El Congreso Nacional Indio es uno de los partidos más antiguos del mundo. Nació en el año 1885, y enseguida se convirtió en un movimiento de masas que defendía las causas que consideraban justas. Su etapa de gloria vino con el proceso de independencia de India de Gran Bretaña. A partir de entonces, el partido quedó íntimamente relacionado con un apellido: Gandhi. El futuro Nobel de la Paz, Mohandas Gandhi, fue miembro del movimiento del Congreso Nacional Indio, y como responsable político, bajo el control de Gandhi, emergió la figura de Jawaharlal Nehru, la mano derecha del líder de la resistencia pacífica. Nehru fue nombrado primer ministro en 1947, todavía bajo el reinado de Jorge VI, y fue el candidato del Partido del Congreso en las primeras elecciones parlamentarias del país tras la independencia, una cita con las urnas en las que salió ganador por una mayoría abrumadora. A partir de aquella victoria electoral, el Partido del Congreso mantuvo la presidencia del gobierno durante 30 años ininterrumpidos, desde 1947 hasta 1977.
Tras el fallecimiento de Nehru, que murió en el poder en 1964, su hija mayor, Indira Gandhi, sin relación con el Mahatma, le sucedió en 1966, tras varios primeros ministros interinos. Como primera ministra, Indira llevó a cabo un proceso de concentración del poder en sus manos, y apoyó militarmente la independencia de una parte de Pakistán, resultando en una victoria y la creación del estado de Bangladesh. Asimismo, aumentó el poder de India como potencia regional. Su primer mandato finalizó de forma abrupta en 1977, tras un periodo de 21 meses durante los cuales Indira Gandhi gobernó por decreto tras declarar de manera unilateral y discutible el estado de emergencia por problemas internos. Aquel tiempo estuvo plagado de injusticias y barbaridades, la más grave de ellas fue la campaña masiva de esterilización liderada por Sanjay, hijo de la primera ministra, quien lideró de facto el país durante aquella etapa. El Partido del Congreso pagó aquella decisión en las elecciones de 1977, aunque volvió al poder en 1980 por la debilidad del nuevo gobierno. Indira Gandhi fue asesinada en 1984, a tiros por parte de dos de sus guardaespaldas, de etnia sij. Su sucesor fue su hijo Rajiv. Rajiv Gandhi no fue un buen primer ministro, y fue derrotado en 1989, permaneciendo al frente del Partido del Congreso hasta 1991, cuando fue asesinado en la campaña electoral por una bomba.
Desde el asesinato de Rajiv Gandhi, ningún miembro de la familia ha ostentado el puesto de primer ministro. La viuda de Rajiv, Sonia Gandhi, italiana de nacimiento, lidera el Congreso Nacional Indio desde 1998, y ha sido candidata al gobierno, aunque nunca ha llegado a ser primera ministra, por los enormes prejuicios existentes. Quien lidera el partido de facto hoy por hoy es Rahul Gandhi, hijo de Rajiv y Sonia Gandhi. Rahul ha ido escalando en la formación política, pero no acaba de ser elegido para ser la cara del Partido del Congreso. Ya tiene 45 años, y a pesar de su indudable atractivo físico, y del hecho de que sea hijo, nieto y biznieto de jefes de gobierno, no tiene peso político. Su falta absoluta de liderazgo se hizo evidente después de que no fuera capaz de detener una rebelión interna que acabó en defección. Sus compañeros de filas critican su actitud, puesto que es bastante frecuente que Rahul no pare de mirar el móvil durante los actos del partido, y dada su pobre capacidad oratoria. Rahul Gandhi ha heredado por su apellido la obligación de que el Partido del Congreso vaya bien, y no lo está consiguiendo. La absoluta falta de renovación y de liderazgo son perfectas muestras de la situación de este partido hegemónico. El colmo llegó cuando Rahul Gandhi y su madre fueron detenidos por un escándalo de corrupción, tras la denuncia de un político del BJP. Ambos salieron en libertad bajo fianza, pero esto muestra la situación a la que el Partido del Congreso ha llegado.
Frente al débil y para muchos inexistentes liderazgo de Rahul Gandhi, se sitúa el buen desempeño del primer ministro Narendra Modi. El líder del gobierno realizó una buena campaña, y cuenta con una buena base parlamentaria para hacer todas las reformas que considere oportunas, eminentemente económicas. No hay que olvidar que India está considerada como parte de los llamados BRICS, con Brasil, Rusia y China, los países teóricamente más preparados para liderar el mundo en los próximos años, y por ello, el gobierno del BJP se está empleando a fondo para realizar una buena política económica. El desempeño del nuevo gobierno también es bueno en política exterior, donde han iniciado de forma inesperada el deshielo con Pakistán, el país enemigo por excelencia de India, y donde también han mejorado sus relaciones con Estados Unidos y China. Modi quiere hacer valer la posición de India como uno de los países más importantes del mundo, ésta es la clave de su política. Uno de los principales problemas a los que el gobierno de Modi se enfrenta es el bicameralismo, ya que a pesar de la victoria electoral, el BJP solamente controla la cámara baja, la alta sigue en manos del Partido del Congreso. Esto puede cambiar a partir de las elecciones de este año.
Rahul Jacob, periodista del "Business Standard", publicaba en un especial de "The Economist" que, de las cinco elecciones que se van a realizar este año, el Congreso Nacional Indio no vencerá en ninguna. Esto significará el final de una dinastía y de una manera de hacer las cosas en India. Ciertamente, la apabullante mayoría absoluta conseguida por Modi y el BJP en las elecciones de 2014 se veía venir, y desde luego, la familia Gandhi debería de haberse dado cuenta de que su situación empezaba a ser insostenible. Como pasa en muchas dinastías políticas, en el Congreso Nacional Indio muchos han debido pensar que el apellido pesa más que las capacidades, y esto se ha demostrado más que nunca con Rahul Gandhi, un hombre que no estaba hecho para ser político, pero que fue ascendiendo dentro de su partido por el peso de su historia familiar, y por la creencia de que tiene que haber un Gandhi en el poder. Muchas son las apuestas de que el Partido del Congreso desaparecerá este año, o quedará reducido a un papel mínimo. Tal vez sea un poco duro decir eso, pero ciertamente, quedará relegado a una posición absolutamente secundaria. Es necesaria una profunda reflexión interna. En 2014, empezó una nueva era política en India de la mano de Narendra Modi y el BJP. Cuánto dure depende del Congreso Nacional Indio y su necesaria renovación interna.
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