Hasta hace relativamente poco,
nadie fuera de los círculos financieros de Grecia sabía quién era Yanis
Varoufakis. Sin embargo, y como suele ocurrir, su nombre ha pasado a
mencionarse en casi todos los telediarios del mundo, y analistas reputados
tratan de saber más cerca de él, desde que el primer ministro heleno Alexís
Tsípras le nombró ministro de Finanzas en su reducido gobierno. Los ojos de
Europa están puestos en este esforzado y experto economista de 53 años que tras
años aprendiendo y enseñando Economía en el exterior, regresa a su país para
intentar reducir la presión de los organismos internacionales sobre las arcas
helenas, y empezar así a corregir el accidentado rumbo de las mismas.
Desde que tomó posesión el pasado
27 de enero, Varoufakis ha multiplicado su presencia en los centros de decisión
de la Unión, y sólo el primer ministro Tsípras se ha reunido con más gente que
él. No es para menos, ya que el gobierno de SYRIZA marcó como prioridad acabar
con la austeridad y tratar de buscar una renegociación de la incuantificable
deuda del país que ahoga la ciudadanía, y éste es el campo de acción de
Varoufakis. De momento, y tras reunirse con Michel Sapin, ministro francés de
Finanzas; con Pier Carlo Padoan, ministro italiano de Economía; y Wolfgang
Schäuble, responsable de las finanzas alemanas, el éxito del ministro ha sido
dispar. Frente a la buena disposición de los ejecutivos socialdemócratas de
Francia e Italia, que se ofrecieron incluso a actuar como mediadores de Grecia
ante la Unión, Tsípras y Varoufakis han topado con la resistencia de la
‘troika’ y de Alemania, y su negativa a mover ni una coma del plan de
austeridad. Tocará seguir negociando.
Lo que parece evidente es que se
podría considerar un acierto la elección de Varoufakis. Se trata del consabido
y trillado perfil técnico, sí, sin embargo, este ministro griego no tiene miedo
de cuestionar el ‘statu quo’, y defender que su país no es el malo de la
película. A pesar de ser independiente, Varoufakis fue elegido diputado por
Atenas en las listas de SYRIZA, y dos días después ministro, con la consabida
pregunta de quién es. El ministro nació en la capital helena el 24 de mayo de
1961. Se mudó a Gran Bretaña por consejo de sus padres tras terminar el
instituto, en los años 80, porque la policía perseguía entonces a los
estudiantes. Allí, aprendió inglés, y estudió Economía en dos universidades
británicas, la de Birmingham y la de Essex. En esta última, inició su carrera
docente en 1982, a la edad de 22 años, mientras preparaba su tesis, que terminó
en 1988. Su profundo odio a Margaret Thatcher, que en 1987 había sido elegida
primera ministra británica por tercera vez, provocó que se mudase a Sidney,
donde se instaló y vivió 12 años, logrando posteriormente la nacionalidad
australiana. En 2000, volvió a Grecia.
Ésta no es la primera
aproximación de Yanis Varoufakis a la política. En 2004, entró en el equipo
económico del líder de la oposición, Giorgios Papandreu, y permaneció allí 2
años. Cuando años después el primer ministro Papandreu pidió el rescate,
Varoufakis fue uno de sus mayores críticos. El ministro tiene algo realmente
claro, y es que su país no debe salir del euro. Siempre ha admirado a Franklin
Delano Roosevelt, y a su New Deal, y considera que la adaptación de este modelo
a Europa es necesaria. Es un intelectual, y de él destaca su libro “El
minotauro global”, que Tsípras regala en cada reunión internacional, además de
ser un activo tuitero y de escribir un blog. La renegociación y quita de la
deuda puede ser una solución muy importante para el problema griego. No puede
negarse que el ministro de Finanzas heleno sabe bien de lo que habla, y lo que
propone no es una utopía, sino un soplo de aire fresco en la oxidada política
de austeridad de la Unión Europea que con voluntad política podría llevarse a
cabo.
Yanis Varoufakis, por su
personalidad, es una ‘rara avis’ entre sus homólogos europeos. Muchos de los
actuales ministros de la Unión tienen un claro perfil técnico. Pese a que
también es economista, este ministro representa una nueva era. Desde que llegó
al gobierno, muchas personas dentro y fuera de Grecia se han entusiasmado con
él. Varoufakis se ha convertido en un héroe para muchos. Su inconfundible
físico, con su cráneo rasurado y su cuello fuerte, así como su particular
estilo, con su moto que conduce sin escolta y su autodefinición como “marxista
liberal”, han acercado a este cincuentón a sus conciudadanos. Provoca
admiración y respeto el hecho de que un economista de tanta calidad haya dejado
la docencia para intentar arreglar la situación de las finanzas griegas. En ese
sentido, Tsípras ha tenido buen ojo al elegir a Varoufakis.
Yanis Varoufakis tiene ante sí
una misión de proporciones titánicas, y hay muchas opciones de fracaso. Sin
embargo, ya tiene ganada la batalla de la comunicación. Frente a todas las
dudas que genera SYRIZA, el primer ministro ha confiado la delicada gestión
económica y financiera de su país a un experto del ramo que en el poco tiempo
que lleva en el gobierno ha demostrado una gran voluntad de diálogo y
negociación. Desde la victoria de la formación en las elecciones del 25 de
enero, una multitud de personas ha atendido intensamente a lo que ocurra en
Grecia. Porque si Tsípras y Varoufakis triunfan, se puede abrir una salida
alternativa a la crisis. La pregunta es si les dejarán.
ABOUTME
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