Las vueltas al mundo

Relaciones internacionales

Lo que no vas a leer en las noticias de los diarios

La última esperanza de la izquierda francesa

El candidato de Francia Insumisa, que une a siete formaciones de izquierda y extrema izquierda, a las presidenciales galas, Jean-Luc Mélenchon, podría dar la sorpresa en la primera vuelta. Desde su victoria en el debate de la pasada semana, en el que superó a sus 10 contrincantes con un estilo creíble, la posibilidad de que sobrepase a François Fillon, hace no tanto favorito en todas las encuestas para ser presidente, parece real. Muchos son los que piden a Benoît Hamon, candidato del Partido Socialista, que una fuerzas con Mélenchon para conseguir que la izquierda pueda tener espacio en la segunda vuelta de las presidenciales, algo que hoy por hoy parece imposible. Mélenchon quiere conseguir lo que ningún líder de partidos a la izquierda del Partido Socialista, ni siquiera el emblemático Georges Marchais, consiguió: jugarse la presidencia de la República Francesa.

Ésta no es la primera vez que se especula sobre la posibilidad de que Mélenchon bata el récord y pase a segunda vuelta. En las anteriores presidenciales, las de 2012, este profesor y periodista se presentó como candidato del Frente de Izquierdas, siendo ésta la primera ocasión en que la izquierda contraria al Partido Socialista se coaligaba. A pesar de la importancia histórica del Partido Comunista Francés (PCF), Mélenchon, líder del Partido de Izquierda, una formación nacida en 2009, fue elegido candidato de la formación al Elíseo. Nunca se acercó realmente a la vuelta definitiva, ante la absoluta polarización de la elección entre el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy. Sin embargo, una semana antes de la elección, un sondeo colocaba a Mélenchon a 9 puntos de entrar a segunda vuelta. El resultado fue finalmente decepcionante, ya que el Frente de Izquierdas fue superado finalmente por el Frente Nacional, y solamente obtuvo el 11% de los sufragios.

Sin embargo, Mélenchon ha vuelto. Tras las presidenciales de 2012, decidió aceptar la oferta del Partido Socialista para hacer frente común y conseguir reforzar una mayoría presidencial en la Asamblea Nacional. Esto no duró, y a medida que la administración de François Hollande fue abandonando las posiciones de izquierda, Mélenchon pasó a la oposición. La subida del IVA llevada a cabo por el gobierno de Jean-Marc Ayrault en 2013 fue contestada por los partidarios de Mélenchon con una manifestación impresionante en París. La legislatura avanzaba, y Mélenchon estaba cada vez más en contra de lo propuesto por el gobierno de Hollande y Valls. En 2014, por sorpresa, anunció su retirada de la política. Duraría poco. Mélenchon es un animal político.

El candidato de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, durante el debate de la semana pasada

En 2015, tras varios meses fuera de la política, Mélenchon anunció su decisión de volver a presentarse a la presidencia en 2017. Su programa pasaba por el establecimiento de una Sexta República, más participativa, en la que el presidente estuviese sometido de forma constante al control popular, y no solamente mediante un voto cada 5 años. Su vuelta a la política vino acompañada por llamamientos constantes a la unión de la izquierda contra el Partido Socialista. Intentó cortejar a otras formaciones de izquierda, como Europa Ecología Los Verdes, socio del gobierno de Manuel Valls, para el establecimiento de una "SYRIZA a la francesa". La formación ecologista se partió entre los partidarios del gobierno de Valls, liderados por Jean-Vincent Placé, y los contrarios, representados por la ex-ministra Cécile Duflot. Finalmente, los verdes han quedado fuera de la coalición liderada por Mélenchon, y su candidato, Yannick Jadot, se unió recientemente a Benoît Hamon.

El siguiente paso era crear una nueva marca para las elecciones, para lo cual, en febrero de 2016, decidió desvincularse del Frente de Izquierdas, y comenzó a organizar una coalición independiente, Francia Insumisa, cuya principal característica era la importancia de la red en el movimiento. La nueva formación, además de asumir los postulados de su líder respecto a la necesidad de un nuevo régimen, defendía la necesidad de implicar a los simpatizantes mediante nuevos canales. Mélenchon se rodeó de community managers y se convirtió en el rey de YouTube, llegando a ser la personalidad política francesa con más suscriptores en su cuenta. El líder de la izquierda pronto empezó a buscar el voto de los socialistas desencantados con la presidencia de François Hollande, invitándoles a unirse al proyecto, con mayor o menor éxito, y declarando que una candidatura socialista no tendría sentido tras estos cinco años.

Si Mélenchon llegase a la presidencia de la República Francesa, convocaría una Asamblea Constituyente para la formación de la VI República. Su objetivo es conseguir un régimen propio, sin diputados de la anterior república, y con tantos hombres como mujeres representados. Asimismo, ha prometido llevar a cabo una política económica completamente diferente de la del gobierno socialista, deteniendo la especulación bursátil, y reforzando el sistema público. En cuanto al problema del trabajo, Francia Insumisa propone en estas elecciones rebajar la edad de jubilación a los 60 años, aumentar el salario mínimo interprofesional, y favorecer la producción nacional. Uno de los elementos más polémicos de las medidas propuestas por Mélenchon es el relativo a Europa, donde se proponen dos soluciones, ambas implicando un menor papel de Francia en el proyecto comunitario.

El líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, saluda a sus simpatizantes con el puño en alto

Como en muchos países, la socialdemocracia francesa tomó el mando de la izquierda en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y a la ascensión de Charles de Gaulle al poder en lugar del comunismo, que había dirigido la oposición de izquierdas al régimen de Vichy, y que intentaba actuar como contrapeso al poder del general. En las primeras elecciones presidenciales de la V República, celebradas en 1958, y que fueron las únicas que se celebraron por sufragio universal indirecto, el vencedor fue De Gaulle, con un 78% de los votos. Sin embargo, el primero del resto fue el comunista Georges Marrane, que obtuvo un 13% de los sufragios. En 1969, otro comunista, Jacques Duclos, se quedó a tan sólo dos puntos de disputar la segunda vuelta contra Georges Pompidou. El resultado de Duclos, con un 21% de los votos, sigue siendo a día de hoy el mejor resultado de la izquierda no socialista en unas presidenciales. El objetivo de Mélenchon es sobrepasar estos resultados, y poderse convertirse en presidente de la República a partir del próximo mes de mayo, el primero de esta ideología.

Sería como poco curioso que la segunda vuelta de las presidenciales se disputara entre la ultraderechista Marine Le Pen y el ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon. No en vano, la polarización de la política francesa es indudable. Como poco, Mélenchon logrará en esta elección sobrepasar al Partido Socialista, que en las últimas encuestas cae incluso del 10% de los votos, arrastrado por la pujanza de Mélenchon y de los suyos. Sin embargo, la formación izquierdista quiere más. Alexís Tsípras demostró a principios de 2015 que es posible conseguir el poder desde la izquierda alternativa, que abraza causas diferentes a las clásicas, y que reniega definitivamente de la socialdemocracia, enterrada por capas y capas de votos que castigan su acercamiento a los partidos neoliberales. El modelo de Mélenchon, representante de una izquierda pragmática y moderna, propone adaptar la vieja izquierda al siglo XXI, y convertirla en una posible fuerza de gobierno, en todo caso por encima del Partido Socialista.

Las encuestas no están claras, y no son más que una foto fija de un momento determinado. Han fallado mucho en los procesos internos de los partidos políticos tradicionales, en los que los ganadores no fueron los que pronosticaron los sondeos. A ello se agarra Jean-Luc Mélenchon, que es consciente de que sus opciones reales de pasar a segunda vuelta son muy pocas, pero se permite seguir soñando. En todo caso, el esfuerzo de Francia Insumisa es ya encomiable, y debe continuar después de la presidencia. La caída del Partido Socialista dejará un importante espacio a la izquierda, y Mélenchon hará sin duda todo lo posible por conquistarlo antes o después.

Share this:

ABOUTME

Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.

JOIN CONVERSATION

    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario