La segunda vuelta de las
elecciones presidenciales en Polonia, que se celebraron el pasado domingo,
confirmaron el vuelco que pronosticaban las últimas encuestas de opinión.
Andzrej Duda, candidato del partido nacionalista, derechista y euroescéptico
Ley y Justicia, fue el elegido por los ciudadanos polacos por delante del
presidente saliente y favorito teórico, Bronislaw Komorowski, miembro del
partido del gobierno, Plataforma Cívica, también conservador. La diferencia
entre ambos fue de 3 puntos, y fraguó un cambio político que no mucha gente se
esperaba a priori.
Duda fue capaz de desmentir todos
los sondeos cuando ganó por 100.000 votos de diferencia a Komorowski en la
primera vuelta del pasado 10 de mayo, y ha sabido mantener su ventaja de cara a
la vuelta definitiva, llegando a aumentarla. No tenían razón aquellos sondeos
que afirmaban que el presidente saliente estaba en condiciones de remontar y
pelear por una victoria que finalmente no llegó. Medio millón de polacos
prefirieron votar por el cambio en la jefatura del Estado, la elección más
apretada de la historia reciente del país.
La victoria de Andzrej Duda, que
devuelve a su partido a la primera plana de la política de su país, trae serios
problemas para el actual ejecutivo, del partido de Komorowski. En octubre, se
celebran las segundas elecciones en el país, las parlamentarias, para elegir al
primer ministro, y tras el resultado de las presidenciales, el panorama ha
cambiado. Esto se ha reflejado en las encuestas publicadas por los diversos
medios, lideradas desde la semana pasada por Ley y Justicia. Sin perder de
vista que actualmente se ha generado un clima de opinión favorable a esta
formación, mucho tendrán que trabajar los actuales ocupantes del gobierno para
revalidar el triunfo de 2011.
El país estaba gobernado hasta el
año pasado por Donald Tusk, un político conservador muy popular en Polonia, y
también en el seno de la Unión Europea. Tusk logró en 2011 convertirse en el
primer líder de gobierno en lograr una reelección en el país desde la caída del
comunismo, derrotando en ambas elecciones al candidato de Ley y Justicia,
Jaroslaw Kaczynski. Esta popularidad le valió su nombramiento como presidente
del Consejo de Europa, uno de los principales organismos europeos, algo que implicaba
su salida inmediata del gobierno. Su sucesora fue la presidenta del Parlamento
polaco, Ewa Kopacz.
Sin embargo, Kopacz no es tan
querida como Tusk, y el apoyo al gobierno y al partido que lo sustenta se ha
ido derrumbando. Uno de los principales ‘issues’ que se fue planteando como
clave para las elecciones presidenciales fue la desigualdad entre ricos y
pobres que se empezaba a convertir en acuciante, y que Andzrej Duda, de una
derecha proteccionista y antieuropea, tomó como bandera. Ello arrolló
completamente a Komorowski, que quiso que la campaña versase en las tensiones
con Rusia al respecto de las acciones militares en Ucrania, censuradas por todos
los partidos, aprovechando para ello su inmensa popularidad. No le ha
funcionado.
Nadie se esperaba, y por tanto ha
sido una sorpresa, la victoria final del candidato de Ley y Justicia, al menos
a priori. Sin embargo, ha sabido enganchar con la ciudadanía atacando los
problemas sociales, y centrando además sus propuestas en varios temas que
preocupan sobremanera a los polacos: la edad de jubilación, que el gobierno de
Tusk había subido a 67 años y que Duda se ha comprometido a bajar, así como
profundas reformas económicas que plantean cortarle las alas a los bancos y
vetar al euro. Todas estas medidas han encontrado una profunda aprobación por
parte de los votantes, que han cambiado el presidente y el destino del país.
Otro factor importante es la idea
de que Duda, de 43 años, y que ya ha renunciado a la afiliación a Ley y
Justicia, paso previo obligatorio para convertirse en presidente, es un
político joven y renovado, frente a la veteranía de Komorowski, de 62 años, que
además ha mostrado tener poca capacidad de pulsar la opinión popular y saber
cuáles son los temas que más preocupan a la ciudadanía, algo que sí ha hecho su
sucesor. Aparte del hecho de que ambos hombres son conservadores, católicos y partidarios
de la dureza con Rusia, hay muchas diferencias entre ellos.
Desde la caída del comunismo, y
antes, las opciones políticas conservadoras han tenido mucho peso en Polonia, un peso que ha ido creciendo hasta provocar que las elecciones desde 2005 se diriman entre dos fuerzas de derecha.
En 1990, fecha de las primeras elecciones presidenciales democráticas en el
país, fue elegido Lech Walesa, líder del sindicato Solidaridad, muy popular
socialmente, y de ideología conservadora. Le sucedió el socialdemócrata
Aleksander Kwasniewski, quien sin embargo tuvo dos primeros ministros conservadores.
La política y la historia de
Polonia cambiaron radicalmente el 10 de abril de 2010, cuando el avión Tupolev
del presidente Lech Kaczynski, con 96 personas a bordo, entre ellas el
presidente y su esposa, se estrelló en Rusia, en Smolensk, provocando la muerte
de todos sus ocupantes. El presidente del Parlamento, Bronislaw Komorowski, se
hizo cargo provisionalmente de la presidencia de un país que se sumía en un profundo
duelo. Kaczynski, miembro de Ley y Justicia, había sido elegido presidente 5
años antes, y había tenido como uno de sus primeros ministros a su hermano
gemelo Jaroslaw, que a su muerte se presentó a la presidencia en 2010, siendo
derrotado. Era un presidente muy popular, y su trágico fallecimiento fue una
gran tragedia nacional.
Esta popularidad de Lech
Kaczynski y de Donald Tusk es la que los dos principales partidos buscarán
recuperar en octubre, cada uno la suya. En principio, el duelo para el puesto
de primer ministro se producirá entre la actual jefa de Gobierno Kopacz y
Jaroslaw Kaczynski. Todo el esfuerzo de los partidos que ya están cansados de
campaña se dirigen a esta segunda elección del año, en la que se comprobará por
qué derecha opta Polonia: por la derecha moderada de la Plataforma Cívica, o
por la derecha populista de Ley y Justicia. Es difícil hacer ningún pronóstico
a estas alturas, aunque la elección será clave para el futuro del país.
ABOUTME
Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.
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