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Pannella, el amor por la libertad

Ayer falleció en Roma el político italiano Marco Pannella, fundador del Partido Radical, y figura fundamental de la política alternativa transalpina. Pannella, de 86 años, murió después de una larga batalla contra el cáncer, y su desaparición fue recibida por toda la política italiana con profunda consternación y pena. El primer ministro Matteo Renzi definió ayer al líder radical como un león de la libertad. Otra de las cabezas visibles del radicalismo italiano, la exministra de Exteriores Emma Bonino declaró -"Lo echarán de menos hasta sus adversarios". En efecto, tal y como señalan todas las semblanzas aparecidas tras su muerte, Pannella se va dejando un legado de lucha decidida e incansable por las causas imposibles que en algunos casos él hizo posibles.

Definir a Marco Pannella con una sola palabra es imposible. Era periodista de profesión, aunque a una edad muy joven abrazó la política como modo de vida, iniciando su trayectoria en las filas del Partido Liberal Italiano (PLI), de corte demócrata cristiano. A los 24 años, fue una figura clave en la creación del germen del Partido Radical, que se definió como heredero de un anterior partido del mismo nombre de extrema izquierda de principios de siglos. Esta nueva formación se adscribe dentro de los partidos de 'issues', es decir, que no se definen por una ideología, sino que defendía causas como la lucha y reivindicación de derechos civiles. En 1966, inició la primera de sus grandes campañas: la Liga Italiana para el Divorcio. Dos años antes, un diputado socialista había presentado un primer proyecto de ley, y en 1970, después de cuatro años de una peleada campaña, tres partidos parlamentarios, el Partido Comunista Italiano (PCI), el Partido Socialista Italiano (PSI) y el PLI aprobaron el proyecto de ley del divorcio, uno de los primeros triunfos de Pannella.

Los radicales entraron en el parlamento italiano tras las elecciones de 1976, vencidas por la Democracia Cristiana sobre el Partido Comunista Italiano. Gianfranco Spadaccia, el sucesor de Pannella al frente de la formación, consiguió que los radicales lograran 4 diputados, entre ellos Pannella. Desde su llegada al parlamento, el partido fue muy crítico con el bipartidismo existente en el país, y defendió un cambio de sistema. Dos años después, durante el secuestro del exprimer ministro italiano Aldo Moro, Pannella defendió una estrategia diferente de la mano dura llevada a cabo por el primer ministro Giulio Andreotti, dio por buenas las cartas que se publicaron atribuidas a Moro, y abogó por la negociación. Finalmente, Moro fue asesinado. La siguiente campaña fue para lograr una legislación sobre el aborto, en 1978, lo que fue seguido con otras iniciativas como la protección del derecho de la información o la campaña contra el hambre. Paso a paso, las iniciativas políticas y sociales nacidas de las reivindicaciones radicales se hicieron realidad.

El líder radical italiano Marco Pannella

Un paso fundamental dentro del radicalismo fue la fundación del Partido Radical Transnacional, con el objetivo de defender a nivel internacional la abolición de la pena de muerte, la institución de un tribunal internacional de derechos humanos y la lucha contra los crímenes contra la humanidad. Los radicales incorporaron en los años sucesivos a figuras tan variadas como el escritor Leonardo Sciascia o la actriz porno Ilona Staller Cicciolina, que popularizaron las causas del partido. El Partido Radical desapareció como tal en 1989, y nacieron nuevas marcas, como la Lista Marco Pannella, los Radicales Italianos y la Rosa en el Puño. Los radicales, que a pesar de ser un partido de 'issues' estaban más cercanos a la izquierda, se unieron a la coalición gubernamental de Silvio Berlusconi en 1994, como una forma de acabar con el bloqueo político transalpino tras la crisis del Tangentópolis, pero pronto la abandonaron, entendiendo que sus reivindicaciones no se escuchaban.

El protagonismo político del líder fue reduciéndose con el paso de los años, dando paso a una serie de mandatarios que defendieron junto a él todas las demandas radicales. La más importante y emblemática de todas fue Emma Bonino, casi 20 años más joven que Pannella, pero que creció políticamente a su lado. Bonino fue cabeza de lista en las elecciones de 1976 por la mayor parte de circunscripciones a las que se presentaban los radicales, y fue elegida diputada a la edad de 28 años. En los años sucesivos, fue ocupando cargos como la presidencia del Partido Radical Transnacional, la comisaría europea de Ayuda Humanitaria y el ministerio de Asuntos Exteriores, así como ser la candidata radical a la Presidencia de la República Italiana el año pasado. Bonino es la heredera directa de Pannella, y siempre ha defendido sus postulados. Otros hijos políticos del líder son el actual presidente del partido, Marco Cappato; Luca Coscioni; Benedetto della Vedova y Francesco Rutelli.

Marco Pannella fue un activista clásico, de los que creían en sus ideales y que estaba dispuesto a luchar hasta el final por ellos. Fue detenido en 1968 en Bulgaria por protestar contra la invasión de la República Checa por parte de las fuerzas del Pacto de Varsovia, y realizó varias huelgas de hambre como una forma de presión. La última la hizo hace dos años, para protestar contra las condiciones de las prisiones en Italia, y posteriormente tuvo que ser operado de manera urgente, lo que no melló su carácter luchador. En su casa romana, el líder radical recibió a todos, desde Matteo Renzi hasta Silvio Berlusconi, pasando por Mario Monti y Romano Prodi, y con todos dialogó e intentó llegar a un acuerdo. En 1975, realizó una declaración que define bien su pensamiento político -"Yo no creo en las ideologías. La ideología se la construye cada uno con lo que le sucede en la vida, incluso por azar". La salud no siempre le respetó, pero ello no le detuvo, y estuvo luchando hasta el final, con su sonrisa perenne y su espíritu indomable.

Marco Pannella y Emma Bonino

El líder radical fue toda su vida un ateo acérrimo. Sin embargo, mantuvo amistades personales con figuras religiosas fundamentales, como el Dalai Lama, que mostró en una carta su tristeza por la muerte de Pannella, y el Papa Francisco, al que le unió su política abierta respecto de los refugiados. De hecho, unos pocos días antes de su fallecimiento, el radical dirigió una carta manuscrita al pontífice que no escribió él, pero que sí firmó, con una dedicatoria emotiva "Te quiero de verdad. Tu Marco". El Vaticano, al conocer el óbito, afirmó que Pannella deja una importante herencia espiritual y humana, y una lucha generosa por los más débiles y necesitados. En cuanto a su vida personal, Pannella nunca tuvo problemas en declararse bisexual, aunque desde 1974 hasta su muerte mantuvo una relación con la ginecóloga Mirella Parachini, a la que convirtió en radical. En ese sentido, Marco Pannella también vivió como quiso.

El movimiento radical italiano, único en Europa, no muere con Pannella, pero sí queda tocado. Igualmente, debe esforzarse en sobrevivir. En los últimos años, los temas que han defendido los radicales han pasado a ser la lucha a favor de la legalización de las drogas y de la eutanasia. Hay banquillo, y será la mejor forma de homenajear al líder. Este fin de semana, Italia despedirá a Marco Pannella, una figura única, un político auténtico y un hombre cariñoso e irrepetible, con una personalidad arrolladora y heterodoxa, y un legado inconmensurable e inmortal.

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Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.

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