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Netanyahu se enroca

El gobierno israelí presidido por el conservador Benjamin Netanyahu ha aprobado esta mañana la propuesta del nombramiento del ultraconservador Avigdor Lieberman como ministro de Defensa. Lieberman, presidente del partido Yisrael Beiteinu (Israel es nuestro hogar), ya fue ministro de Asuntos Exteriores en la anterior legislatura, y asegura con el apoyo de su partido, que tiene 6 representantes en el Knesset, la cámara parlamentaria del país, la estabilidad del ejecutivo, que hasta ahora solamente tenía una mayoría de un escaño. El regreso de Lieberman al gobierno es visto con muchos recelos por una parte de la comunidad internacional, que teme la influencia de este polémico líder sobre el primer ministro, y que entiende que este estratégico nombramiento puede tensar aún más la cuerda de la situación en Oriente Medio, ante la previsible radicalización de la línea política del ejecutivo israelí.

Las elecciones al Knesset que se celebraron el 17 de marzo de 2015 parecían la oportunidad perfecta del centro izquierda israelí de recuperar el poder, gracias a una coalición que aspiraba a convertir al laborista Isaac Herzog en primer ministro, y en sacar del poder a Netanyahu. Sin embargo, como ocurrió en varias de las elecciones del año pasado, las encuestas fallaron estrepitosamente, y el Likud, el partido del primer ministro, obtuvo un contundente triunfo, en el que experimentó un aumento de 12 escaños con respecto a las anteriores. Algunos analistas señalan que tuvo mucho que ver en el triunfo del primer ministro unas polémicas declaraciones el día de las elecciones en las que agitó el miedo a un gobierno progresista que suavizase las negociaciones con Palestina, así como su discurso en el Congreso de los Estados Unidos criticando el acuerdo nuclear con Irán. Sea como sea, Netanyahu consiguió cambiar la tendencia y mantenerse en el poder.

Sin embargo, en este año, el gobierno del Likud ha experimentado una enorme debilidad parlamentaria, por el hecho de mandar en solitario. En la anterior legislatura, el gobierno era el resultado de una enorme coalición entre varios partidos, ente ellos Yisrael Beiteinu y el centrista Hatnuah, liderado por la exministra de Justicia Tzipi Livni, y ello le dotó de estabilidad. La victoria de Netanyahu en marzo pasado y las dificultades en las negociaciones con Lieberman hicieron imposible un acuerdo, y el Likud se vio encaminado a una legislatura gobernando con débiles y volátiles apoyos. Lejos de lo que pueda parecer, Netanyahu intentó cuajar una nueva coalición, negociando a izquierda y derecha, incluso con su rival Isaac Herzog. Pero ha sido de nuevo Yisrael Beiteinu quien le ha lanzado el salvavidas, y quien con sus votos sostendrá al gobierno, aunque, como es de suponer, no será a cambio de nada.

El ministro de Defensa israelí Avigdor Lieberman y el primer ministro Benjamin Netanyahu se estrechan la mano

Avigdor Lieberman parece la horma del zapato de Benjamin Netanyahu. Nacido en la actual Moldavia, miembro de una familia de habla rusa, el nuevo ministro de Defensa emigró a Israel en 1978, y desde su llegada al país, se relacionó con grupos nacionalistas que proponían que se mantuviesen las hostilidades contra las demandas de los palestinos, y con el Likud, la principal fuerza nacionalista conservadora del país. Diez años después, conoció al que debía ser su socio político, Netanyahu. A medida que éste fue ascendiendo políticamente, Lieberman le fue a la zaga. En 1996, Benjamin Netanyahu se convirtió en primer ministro, y su amigo se convirtió en el director de su gabinete. Lieberman separó su camino del de su socio en 1999 cuando fundó un partido propio en protesta por una serie de concesiones a Palestina en un acuerdo. Ese inmovilismo político también le costó en 2004 su puesto en el gobierno de Ariel Sharon, en el que era ministro de Transportes. Aquellos años de trayectoria política demostraron que Lieberman era un político conservador y para el que el diálogo como una forma de resolver el conflicto entre Israel y Palestina era un concepto desconocido.

Lieberman se alió en 2006 con el primer ministro Ehud Olmert convirtiéndose en viceprimer ministro y ministro de Asuntos Estratégicos. Ese puesto era únicamente para intentar denunciar el acuerdo nuclear entre Estados Unidos y Irán, del que el ministro dijo que era la mayor amenaza que el pueblo judío afrontaba desde la Segunda Guerra Mundial. Lieberman abandonó el gobierno dos años después, en protesta por las negociaciones de paz con Palestina. En 2009, Benjamin Netanyahu se convirtió en primer ministro, y el partido de Lieberman fue tercera fuerza. Fue entonces cuando Lieberman volvió a ser nombrado viceprimer ministro, además de ministro de Asuntos Exteriores. Como responsable de la política internacional, el líder ultraderechista mantuvo desde el primer momento sus ideas anteriores, afirmó que el primer paso para cualquier negociación debía ser el final de la violencia palestina, y criticó abiertamente la Conferencia de Annapolis de 2009 que introdujo una nueva hoja de ruta para la resolución del conflicto entre Israel y Palestina. Influido por el ascendiente de su ministro de Exteriores, Netanyahu radicalizó su mensaje y la línea política de su gobierno, ante el escepticismo creciente existente en los centros de poder, particularmente en Estados Unidos.

En diciembre de 2012, Lieberman abandonó provisionalmente el ministerio de Asuntos Exteriores después de que se le retirase la inmunidad y se abriera un proceso legal en su contra. La razón para ello fue un escándalo de corrupción en el que fue acusado de fraude y abuso de confianza, después de facilitar al antiguo embajador de Bielorrusia información privilegiada. El ministro consiguió que no se le imputaran los delitos más graves, es decir, el blanqueo de dinero y el soborno, por falta de pruebas. El juicio favoreció al ministro, que fue exonerado de todos los cargos, y una semana después de que terminara el proceso contra él, Lieberman volvió a ser nombrado ministro de Exteriores, rearmando ideológicamente al gobierno. Ante las elecciones de 2015, Netanyahu intentó repetir la coalición con Yisrael Beiteinu, pero no lo consiguió. El aumento de la mayoría del Likud fue a costa de su viejo socio de gobierno, concentrando el voto nacionalista israelí, que ahora intenta reforzar con el nuevo acuerdo con Lieberman y su partido.

El exministro de Asuntos Exteriores israelí Avigdor Lieberman y la exsecretaria de Estado americana Hillary Clinton, durante su reunión en 2009

El nombramiento de Avigdor Lieberman se debe a dos razones. En primer lugar, la necesidad parlamentaria de un acuerdo estable para que el gobierno de Netanyahu aguante la legislatura. La segunda razón es algo más compleja. Se trata de un cálculo político, para rearmar políticamente al ejecutivo israelí. El ministerio para el que ha sido nombrado no es ninguna coincidencia. Poniendo a Lieberman al frente de Defensa, el primer ministro garantiza la dureza en la represión de las demandas palestinas en la franja de Gaza, así como echar tierra en la propuesta del gobierno francés, que convocó una conferencia mundial de paz en París sin la presencia de israelís y palestinos, y con presencia del secretario de Estado americano John Kerry. Esa propuesta tiene pocas posibilidades de salir adelante con Lieberman en el gobierno, y por las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, donde el voto judío es crucial, y para el cual los gestos hacia los palestinos no serían bien vistos.

El acuerdo entre Benjamin Netanyahu y Avigdor Lieberman puede no ser el último para reforzar al gobierno. Las negociaciones entre el Likud y el Partido Laborista continúan, y puede darse el caso en el que Isaac Herzog y Avigdor Lieberman, absolutamente opuestos desde el punto de vista ideológico, sean ambos miembros del gobierno de Netanyahu. En todo caso, el nombramiento del político nacionalista como ministro de Defensa puede contribuir a aislar aún más a Netanyahu y a complicar todavía más la situación en Oriente Medio, donde la violencia entre ambos bandos es el pan de cada día. El nuevo ministro ha justificado en repetidas ocasiones los episodios de violencia protagonizados por ciudadanos israelís, y ello no contribuye a facilitar la situación. Benjamin Netanyahu se enroca en una ideología nacionalista que su nuevo ministro de Defensa ayudará a reforzar, y que aleja a pasos agigantados la paz, un término que parece tabú en Israel desde que en 1999 el laborista Ehud Barak dejó de ser primer ministro.

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Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.

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