Edward Moore Kennedy fue el último de los nueve hijos de Joe Kennedy y Rose Fitzgerald, naciendo en 1932 en Boston. Recibió su nombre por uno de los colaboradores de su padre, y su padrino de bautismo fue su hermano John Fitzgerald Kennedy. Al ser el pequeño de la familia, tuvo una infancia tranquila, entre Estados Unidos y Londres, donde su padre había sido nombrado embajador. La Segunda Guerra Mundial fue un momento duro para él y para su familia, con la muerte de dos de los hermanos mayores, Joe, cuyo avión explotó en pleno vuelo, y Kick, fallecida también en un accidente de aviación junto a su prometido, y la desaparición de su hermano Jack, el futuro presidente, cuya patrullera, la PT-109, fue hundida en el mar de Japón, dejando a sus ocupantes en paradero desconocido. Una de sus mayores influencias durante su infancia y primera juventud fue su abuelo, John Francis Fitzgerald, apodado Honey Fitz, y que había sido alcalde de Boston.
Mientras estudiaba en Harvard, el joven Ted Kennedy convenció a un compañero de que se hiciera pasar por él en un examen de español, y tras ser descubiertos, fueron expulsados. Esto derivó en la entrada del pequeño de la familia en el Ejército, aunque las influencias de su padre impidieron que luchara en la guerra de Corea. El episodio de Harvard fue el primero de una vida con luces y sombras, al que sucederían otros de mayor gravedad. En 1958, su hermano Jack le eligió como jefe de campaña en su segunda candidatura al Senado. Su estilo popular y su capacidad para conectar con el ciudadano medio, algo que había heredado de su abuelo, fueron fundamentales para una victoria sólida y sin fisuras, dos años después de la victoria definitiva, en las presidenciales de 1960, contra Richard Nixon. En sus memorias, el futuro senador cuenta el trabajo que tuvo que hacer para posibilitar el triunfo de su hermano.
La presidencia de Jack Kennedy condicionó mucho al resto de la familia. Bobby Kennedy, el mayor colaborador y confidente de su hermano, fue nombrado fiscal general. En cuanto a Ted, toda la preparación fue para las elecciones al Senado en 1962, en las que intentaría conquistar el escaño de su hermano. Para esta campaña, fue muy importante la incipiente familia que el aspirante, de 30 años, tenía, con una esposa y dos hijos, Kara y Ted Jr. Fue más dura la primaria demócrata, en la que Ted tuvo que enfrentar las críticas de su rival por su inexperiencia y las acusaciones de que estaba ahí por ser un Kennedy, que la elección en sí, que venció ampliamente frente a George Cabot Lodge, miembro de otra familia influyente del estado. El 22 de noviembre de 1963, Ted Kennedy presidía el Senado cuando de pronto un ayudante le pidió que saliese para informarle de que el presidente había sido tiroteado en Dallas. Aquel asesinato marcó para siempre la vida del senador.
Un año después, fue el propio Ted Kennedy el que estuvo a punto de morir en un grave accidente de avión que le tuvo meses ingresado, y que obligó a su esposa Joan a hacer campaña por él en 1964. Sin embargo, aquellos fueron los mejores años del senador, con un poder cada vez más grande en el Senado y generando un gran respeto en todos. Fue uno de los primeros senadores en manifestarse abiertamente contra la guerra de Vietnam, que ya dividía a la sociedad. En 1964, su hermano Bobby había sido elegido senador por Nueva York, y ambos hermanos compartieron bancada. Ted Kennedy fue una figura fundamental de la campaña de su hermano a la presidencia en 1968. Esta campaña acabaría abruptamente el 5 de junio, con la muerte de Bobby tras ser tiroteado en un hotel de Los Ángeles, el día en que había ganado las primarias demócratas en California.
El golpe más fuerte para la futura carrera política de Ted Kennedy, con ojos en la Casa Blanca, no fue la muerte de ninguno de sus hermanos, sino un accidente de tráfico en la isla de Chappaquiddick en 1969. Ted Kennedy conducía un coche que se estrelló y se hundió en un lago. Con él iba una joven, Mary Jo Kopechne, que había participado en la campaña de Bobby Kennedy a la presidencia. El senador huyó del lugar del crimen, sin socorrer a la joven, que murió ahogada. El caso fue un escándalo, y a pesar de la corta condena que Ted Kennedy recibió, sería fatal para sus aspiraciones presidenciales. El senador rechazó presentarse a las elecciones de 1972 contra Richard Nixon, y tampoco participó en las de 1976, a las que sí se presentó su cuñado, Sargent Shriver, y que venció Jimmy Carter. En 1977, Ted Kennedy y su esposa Joan se separaron, tras un difícil matrimonio marcado por las infidelidades de él y el alcoholismo de ella.
Sin embargo, en 1980, Ted Kennedy decidió dar el paso, y presentarse a las primarias demócratas contra Jimmy Carter. El senador había perdido mucha influencia durante los cuatro años anteriores, y sus diferencias con el presidente eran cada vez más grandes. La campaña fue un desastre, y Carter logró la nominación sin casi ningún problema. Aquel fue uno de los últimos momentos de tranquilidad del senador, ya que la sucesión de varios escándalos, como la detención de su sobrino William en 1991 por una supuesta violación que Ted Kennedy intentó encubrir, provocaron un importante descenso en su popularidad que a punto estuvo de dar al traste con su carrera política. Sin embargo, al senador por Massachusetts aún le quedaba un importante as en la manga.
Ese as en la manga se llamó Vicki Reggie. Se trataba de la hija de un viejo amigo de la familia, 22 años menor que el senador, con la que Ted Kennedy comenzó una relación y con la que se casó en 1992. Vicki modernizó la imagen del senador, y fue una baza fundamental en las elecciones al Senado en 1994, en las que su esposo estuvo a punto de perder su escaño contra un joven republicano de buena familia, Mitt Romney. Finalmente, no hubo derrota, y Ted mantuvo su escaño. En las presidenciales de 2004, Kennedy fue uno de los principales promotores de la campaña de su compañero John Kerry, que fue el nominado, y fue derrotado por George W. Bush, y en 2008, sorprendió al apoyar a Barack Obama, al que comparó con sus hermanos. Ese mismo año, tras sufrir un desvanecimiento en su casa de Hyannis Port, se le diagnosticó un cáncer cerebral inoperable.
La última intervención multitudinaria de Ted Kennedy frente a sus compañeros de partido y frente al mundo fue en la Convención Nacional Demócrata de 2008. Antes del discurso, su sobrina Caroline, la hija del presidente Kennedy, le dedicó un panegírico en el que señaló que Ted había actuado como un padre para ella y para sus primos tras los asesinatos de sus hermanos. El discurso, en el que el senador señaló que la antorcha sería pasada a una nueva generación de norteamericanos en noviembre, una reminiscencia del discurso inaugural de su hermano, emocionó a la audiencia, y fue el punto álgido de aquella convención. El senador Kennedy vivió para ver a Barack Obama convertido en presidente, y trabajó hasta el final para lograr la reforma sanitaria, la lucha política de su vida. Su fallecimiento se produjo el 25 de agosto de 2009. Fue enterrado en el cementerio nacional de Arlington, en Virginia, junto a sus hermanos Jack y Bobby.
Tanto demócratas como republicanos tienen a Ted Kennedy como el león del Senado, el cuarto senador que más tiempo estuvo en su puesto. Fue una figura clave del progresismo americano, apoyando durante toda su vida causas como la reforma sanitaria o la oposición a la guerra de Vietnam. Tuvo menos éxito y popularidad que sus hermanos, sin embargo, su trabajo constante y la influencia de su familia hicieron que el senador fuera muy querido dentro y fuera de Massachusetts. El Boston Globe se refirió a él en 2009 como el último león, y esto era cierto. Ted Kennedy fue el último de una generación excepcional de políticos americanos, que trabajaron duro por hacer un país mejor, y un hombre que, con sus luces y sombras, será siempre recordado.
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