Los dos candidatos principales a las elecciones, Alexis Tsípras y Antonis Samarás (FOTO: telegraph.co.uk)
El principal motivo de
preocupación de los países de la Unión Europea en esta crisis ha sido, como se
sabe, Grecia. La debilidad de los sucesivos gobiernos y la muchas veces
quebrada economía del país heleno han puesto en jaque a toda Europa, y por
ello, cualquier problema en la zona se ve con creciente temor por parte de los
que cortan el bacalao en los círculos de poder de nuestro continente. La razón en
esta ocasión ha sido la convocatoria obligada de elecciones a primer ministro
el próximo 25 de enero tras fracasar la propuesta de presidente de la República
Helénica del gobierno de coalición entre la conservadora Nueva Democracia y el
socialdemócrata PASOK.
El motivo de preocupación es el
estado de las encuestas, que muestran que el principal partido de la oposición,
la Coalición de Izquierda Radical más conocida como SYRIZA, y su líder Alexis
Tsípras, parten con una ventaja considerable de cara a las próximas elecciones
sobre el resto de partidos. Por corta que sea la victoria de este partido, la
gobernabilidad está garantizada por lo menos desde el punto de vista
parlamentario, puesto que el sistema griego prevé un premio de mayoría, 50
escaños al partido más votado para garantizar que se forme un ejecutivo. En la
Comisión Europea, se empieza a temblar ante la posibilidad de que este giro a
la izquierda en el país más débil de la zona euro se pueda producir.
Las últimas elecciones fueron en
2012, cuando los griegos tuvieron que votar dos veces. En aquellos comicios, se
certificó el duro castigo al gobernante PASOK, y la Nueva Democracia de Antonis
Samarás logró una pírrica victoria, pero consiguió formar gobierno gracias al
pacto con varios partidos, entre ellos el PASOK. Sin embargo, este ejecutivo de
coalición se ha sometido ampliamente a los criterios europeos, y ha aplicado
una política de duros ajustes no vistos en el resto de Europa como
contrapartida al rescate europeo. Esto ha provocado muchísimo malestar social,
y desde los primeros meses de gobierno, SYRIZA lidera las encuestas capitalizando así el
descontento ciudadano.
El previsible ascenso de Tsípras
al poder ha provocado que los organismos internacionales clamen, y que el FMI,
en un gesto de dudosa moralidad, haya suspendido las ayudas económicas a los
griegos hasta que pasen las elecciones. La sombra de la salida del euro y el
regreso a la moneda antigua, en este caso el dracma, sobrevuela la campaña, y
ND ya está utilizando como argumento de campaña que el plan secreto de SYRIZA
es sacar a su país del euro, y que los agricultores perderían las ayudas
europeas si gana el partido de izquierda radical. Alemania ya ha lanzado un globo sonda que informa de que Grecia sería obligada a dejar el euro si gana SYRIZA. Samarás, ante el pobre resultado de
su gestión gubernamental, jugará a buen seguro la carta del miedo al cambio, y
se presentará como el único capaz de mantener a Grecia dentro del euro. De
momento, ya está prometiendo renunciar a la política de austeridad si es
reelegido.
SYRIZA se encuentra en un momento
crucial no solamente para su país, sino para el resto de Europa. La presencia
de partidos de un corte similar en el resto del continente, como Podemos,
provoca que sea especialmente interesante ver qué ocurre. Tanto Tsípras como
Pablo Iglesias no han escatimado en gestos para señalar que son de la misma
familia política, y que la victoria de SYRIZA abrirá el paso a victorias
posteriores, como la de Podemos. Sin embargo, no habría que perder de vista que
si, como parece, Alexis Tsípras accede a la presidencia del ejecutivo griego,
tendrá que actuar como un hombre de Estado, y no como un líder parcial,
teniendo que asumir las medidas políticas, económicas y sociales que más
convengan al conjunto de su país. Ésa es la clave, si Tsípras consigue hacerlo,
su gobierno será un éxito, sin embargo, aún se mantiene la absoluta
incertidumbre.
Luego está el caso del PASOK, digno
de estudio. El PASOK gobernaba Grecia en el momento del desastre económico, de
la mano de Yorgos Papandreu, miembro de una de las familias políticas más
importantes del país, y el apoyo popular a la formación se redujo de forma
drástica. Por imperativo europeo, se produjo la sustitución de Papandreu por un
tecnócrata, Lukas Papademos, y se realizó un gobierno de gran coalición para
aguantar hasta final de la legislatura. En 2012, se convocaron elecciones, y el
ministro de Economía, Evangelos Venizelos, fue elegido líder del partido. En
los citados comicios, el partido sufrió una drástica reducción del apoyo que tenía, y se quedó en un papel residual, que le llevó a pactar con ND para reforzar su gobierno.
Si las perspectivas electorales de Venizelos ante estas elecciones ya eran malas, la aparición del Movimiento de Demócratas Socialistas, creado por nada más y nada menos que Papandreu, es para muchos la puntilla al partido socialdemócrata. En las encuestas recientes, se muestra que la nueva formación política podría lograr un buen resultado en las elecciones, muy probablemente a costa del PASOK, aunque también habría que considerar que algunos votantes moderados de SYRIZA podrían cambiar su voto ahora que ha aparecido este partido, y ante las presiones económicas por parte de los organismos internacionales. La previsible presencia del Movimiento de Demócratas Socialistas en el espectro político es interesante, y habrá que ver hacia dónde basculan tras las elecciones.
Hay un puñado más de partidos cuyos resultados habría que esperar con mucha atención. Es el caso del xenófobo y ultraderechista Amanecer Dorado, actualmente con 18 escaños en la cámara griega, y que puede condicionar la gobernabilidad futura. Asimismo, aparece en estas elecciones un partido de centro, llamado POTAMI, y al que los sondeos conceden cerca del 5% de los apoyos. Lo que está claro es que de nuevo el Parlamento griego estará muy fragmentado, y ello obligará al próximo gobierno, sea de quien sea, a tener mucha mano izquierda de cara a los posibles acuerdos a los que haya que llegar. Es improbable que, tal y como están las encuestas, un solo partido pueda liderar el gobierno, y a priori, ND tendría más facilidad para negociar apoyos de la que tendría SYRIZA, pero nunca se sabe.
Las dudas no acabarán el 25 de enero. Ese día, se verá qué partido tiene más apoyo social, pero, y a pesar del premio de mayoría, habrá que esperar a los posibles pactos y a la geometría electoral. Los resultados son importantes, puesto que será en principio el partido más votado el que forme gobierno. Sin embargo, ante la pluralidad de partidos, es pronto para especular. 20 días quedan para las próximas elecciones griegas, y tras ello, se verá qué ocurre, y qué partido gobierna. El resto de Europa seguirá con atención unos comicios cuyos resultados pueden tener una importante resonancia en el resto del continente.
ABOUTME
Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.
0 comentarios:
Publicar un comentario