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Tierra, trágame

Harry Truman, con el Chicago Daily Tribune que pronosticaba su derrota en las elecciones de 1948

Harry Truman, 33º presidente de los Estados Unidos, tenía todo en su contra para ganar las elecciones de 1948. Había alcanzado la presidencia en 1945, a la muerte de Franklin Delano Roosevelt, tras haber sufrido un derrame cerebral, y la cita electoral de 1948 era la primera ocasión en la que se presentaría como candidato demócrata a la presidencia del país. Sin embargo, todas las encuestas apuntaban claramente a una derrota del presidente, tremendamente impopular, y al que no querían ni los demócratas ni los republicanos.

La llegada de Truman a la vicepresidencia de los Estados Unidos se produjo de forma turbia. Antes de las elecciones de 1944, el Partido Demócrata estaba en pie de guerra para las nominaciones. No se discutía la nominación presidencial de Roosevelt, sin embargo, a nadie se le escapaba que su estado de salud era horrible, por su polio, y por la degeneración de toda una vida, y que, como finalmente fue, el presidente podía morir en cualquier momento. El sistema político estadounidense prevé que sea el vicepresidente el que hereda el cargo más importante. 

En aquel momento, el vicepresidente era Henry Wallace, que simultaneaba la presidencia con la secretaría de Agricultura, y que era un político progresista y pacifista. Eso entraba en conflicto con algunos intereses dentro del partido. Fue por ello que se organizó un movimiento interno para desplazar de la nominación a Wallace, y nombrar a un vicepresidente más manejable. El elegido fue el senador por Missouri Harry Truman. La nominación de Truman se hizo a espaldas del mismísimo presidente Roosevelt, al cual se le impuso el nombre del que sería su vicepresidente.

Truman llegó a la presidencia el 12 de abril de 1945, día de la muerte de Roosevelt. Sus primeros años de presidencia estuvieron marcados por una acción inolvidable que con los años se ha sabido que fue una decisión personal de Truman: el lanzamiento de la bomba atómica sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y el 9 de agosto de 1945, durante los últimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial. La razón esgrimida por el presidente para tomar esta decisión ampliamente desaconsejada por la mayoría de sus colaboradores era derrotar completamente al imperio de Japón. Sin embargo, tras el bombardeo atómico sobre las ciudades japonesas, el emperador Hiro Hito no fue depuesto ni ejecutado, una condición irrenunciable de los aliados en principio. No sirvió para nada la bomba H.

En 1948, por tanto, Truman parecía totalmente amortizado. Su apoyo era de un 36%, una cifra insólita por baja. Dentro del Partido Demócrata, empezó a nacer un movimiento, liderado por James Roosevelt, hijo del presidente FDR, para ofrecer la nominación demócrata al general Dwight Eisenhower, una figura clave en la Segunda Guerra Mundial con muchísimo apoyo social. Eisenhower rechazó la nominación, y posteriormente se convertiría en presidente republicano, en las elecciones siguientes, y por tanto, Truman fue nominado. En el Partido Republicano, el candidato era Thomas Dewey, gobernador de Nueva York, derrotado por Roosevelt en 1944, pero ahora favorito. Su candidato a vicepresidente era Earl Warren, gobernador de California, y futuro presidente del Tribunal Supremo. La pareja Dewey- Warren parecía invencible.

Por si fuera poco, dentro del Partido Demócrata se creó una escisión, como protesta por los primeros acercamientos de la dirección de la formación al reconocimiento de los derechos civiles. Eran demócratas sureños, una zona del país todavía muy segregada, pero que votaba generalmente demócrata. Los segregadores fundaron un nuevo partido, que se llamaba Partido de los Demócratas por los Derechos de los Estados, aunque el nombre oficioso era "Dixiecrat", algo que partía de la palabra "dixie", con la cual se designan a los estados del Sur. Al frente del partido, fue elegido el gobernador de Carolina del Sur, Strom Thurmond. Muchos entendían que el nuevo partido quitaría votos del Sur a Truman, y que eso ya sería lo que le faltaba.

Fue en esta situación en la que llegaron las elecciones del 2 de noviembre de 1948. Tras votar, los dos candidatos principales se concentraron en dos hoteles. Dewey permaneció en Nueva York, mientras que Truman estaba entre Kansas City y Excelsior Springs, en Missouri. Todas las encuestas apuntaban a una victoria republicana clara, tras 4 victorias presidenciales de los demócratas. Por tanto, los periódicos estaban listos para anunciar el triunfo de Thomas Dewey. Uno de esos periódicos fue el Chicago Tribune, que preparó una portada en que decía claramente "Dewey defeats Truman", "Dewey derrota a Truman". Sin embargo, el recuento traería una sorpresa increíble que desmintió todas las encuestas.

Cuando empezó el recuento, Harry Truman empezó a conseguir una pequeña ventaja que mantuvo en todo el recuento. Los ánimos en el cuartel general de Dewey fueron deshaciéndose, y de pronto, se dieron cuenta de que habían perdido. A la mañana siguiente, el candidato republicano reconoció su derrota mediante un telegrama a Truman. En voto popular, Truman y su candidato a vicepresidente, Alben Barkley, lograron 2 millones y medio más de votos que Dewey y Warren. La distancia fue mayor en delegado, 303 de los demócratas frente a 189 de los republicanos y los 39 de los Dixiecrats. La victoria de Truman se basó en el triunfo en varios estados clave, algunos sobre la bocina, como Ohio y California. Nunca antes se ha dado una situación así, en la que los sondeos decían una cosa, y pasaba su contraria.

A la mañana siguiente de su victoria presidencial, Truman apareció frente a la prensa con una sonrisa burlona sujetando un ejemplar del Chicago Tribune con el titular erróneo. El rotativo, cercano a los republicanos, había sacado su edición antes de que se iniciase el recuento, y por ello habían fallado. La fotografía de Truman es de hecho el elemento más famoso de aquella elección. Seguramente, el director del Chicago Tribune dijo varias veces aquel día -"Tierra, trágame", por un error histórico que las urnas desmintieron y que Truman se encargó de recordar. Al fin y al cabo, él había vencido a Dewey y había ganado con pleno derecho la presidencia de los Estados Unidos de América.

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Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.

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