La victoria de Jez
Corbyn, cuyo lema no era otro que "Jez We Can", se ha confirmado al
final de un acto multitudinario en Londres, que se celebró el sábado, y en el
cual se ha evidenciado un cambio de etapa dentro del laborismo. Antes del
anuncio, se ha producido un breve discurso del candidato del partido a la
alcaldía de Londres, Sadiq Khan, hijo de inmigrantes indios, y la elección del
"deputy leader" laborista, para el que se necesitaron tres vueltas, y
que venció Tom Watson, que formará con Corbyn un dúo inesperado y que habrá que
seguir con mucha atención. Finalmente, el auditorio ha explotado en gritos
cuando Jim Kennedy, miembro del comité del partido, ha anunciado la victoria de
Corbyn por un margen mucho mayor del esperado. El resultado también dejó claro
que el New Labour, tendencia ideológica predominante en la formación desde
1994, con la elección de Tony Blair, se partió entre el candidato oficial,
Burnham, e Yvette Cooper, lo cual hacía imposible el triunfo del primero. Era
un hecho. Jeremy Corbyn había cambiado la historia.
Analizando el
resultado en detalle, éste no tiene desperdicio. Del 59% de votos que ha
recibido Corbyn, un 49'6% han provenido de los miembros del partido, que han
apoyado masivamente a los candidatos del 'establishment', Burnham y Cooper,
frente a un 57'6% de votantes afiliados y un 83'8% de votantes que se han
registrado para poder participar en el proceso. El nuevo líder laborista ha
conseguido polarizar el voto, personalizando en él la ruptura con el pasado y
el regreso a la izquierda, y ha desmentido todos los sondeos, que acertaron en
pronosticar su victoria, pero no en su magnitud. En 1994, Tony Blair fue
elegido por el 57% de los votos, frente a dos figuras del laborismo de aquella
etapa como John Prescott y Margaret Beckett, en lo que significó una
revolución; y 14 años después, Gordon Brown le sucedió sin ningún rival. Hace 5
años, los hermanos Miliband se enfrentaron, y Ed ganó a David por menos de un
punto en las elecciones. El sábado, Corbyn batió un nuevo récord.
Jeremy Corbyn es un
representante de lo que podría llamarse "nueva vieja izquierda". Se
trata de una ruptura con los últimos años del Partido Laborista, que se
especializó en la elección de líderes jóvenes, como Tony Blair o Ed Miliband,
con una escasa identificación ideológica y huyendo del dogmatismo y de las
ideas políticas clásicas de los laboristas. Corbyn marca una nueva generación,
que es también en cierto modo la del pasado.
Su candidatura, que
solamente pudo ponerse en marcha tras el apoyo de una serie de parlamentarios,
y que fue la última en pasar el corte, cambió absolutamente de tono la campaña
y se centró en diez líneas maestras, como negarse a bombardear el Estado
Islámico, realizar una moratoria contra el ‘fracking’, la eliminación del
control en las fronteras y la impresión de dinero para invertir en
infraestructuras. Realizó una enmienda a la totalidad a las propuestas del New
Labour, prometiendo pedir perdón por la guerra de Irak, reexaminar el papel de
Gran Bretaña en la OTAN, defender la permanencia en la Unión Europea en el
referéndum proyectado para 2017, y negociar con Argentina por las Malvinas.
Cuando la crisis de los refugiados estalló, en plena votación, Corbyn lanzó un
mensaje compasivo y centrado en recibirles. Todo este tono consiguió convencer
a una gran parte de los simpatizantes laboristas de lanzarse a votar por
Corbyn.
Esta victoria rompe
también con la tendencia de la socialdemocracia europea, que se ha acostumbrado
en estos últimos años a líderes que parecen haber renunciado a la
izquierda. El mayor ejemplo es Matteo Renzi, primer ministro italiano, que fue
elegido en 2013 como líder del principal partido progresista del país
transalpino, el Partito Democratico, pese a proceder de partidos cercanos al
centro – derecha. Es también el caso de Manuel Valls, primer ministro francés y
probable candidato socialista a la presidencia en 2017, que pertenece al ala
derecha del Partido Socialista, ha criticado abiertamente a la vieja izquierda
y tiene ganas de que el partido siga girando al centro. En España, Pedro
Sánchez lidera el PSOE desde julio de 2014, y a pesar de haberse declarado de
izquierdas, su aparición con la bandera española de fondo durante su
presentación como candidato socialista el pasado mes de mayo provocó numerosas
críticas de los sectores republicanos de su partido, totalmente opuestos a él.
Frente a todos ellos aparece Jeremy Corbyn, que ni es joven ni es ambiguo en
torno a su posición política, y que puede servir como ‘wake up call’ al resto
de partidos.
El Partido Conservador,
en el poder desde 2010, ha respondido con todo a la victoria de Corbyn, como
pronosticaba en un debate la candidata Liz Kendall. El primer ministro ‘tory’
David Cameron publicó un ‘tweet’ el domingo en que afirmaba que el nuevo líder
laborista era un peligro para la seguridad nacional, y de manera similar se
manifestaron el resto de dirigentes del partido. Sin embargo, en el fuero
interno, los conservadores se frotan las manos con Corbyn como líder de la
oposición, ya que deja un importante hueco al centro que éstos podrían intentar
aprovechar para su propio beneficio electoral.. Hay que contar con que
probablemente en las próximas elecciones parlamentarias el candidato
conservador sea el actual alcalde de Londres, el popular Boris Johnson, lo cual
condicionará mucho esa llamada a las urnas. Sin embargo, quedan 5 años de
legislatura en los cuales Jeremy Corbyn va a tener que luchar mucho y demostrar
si su liderazgo tiene suficiente fuerza.
Algo con lo que hay
que contar es con que las próximas elecciones serán en 2020, y lo más probable
es que Corbyn ni siquiera llegue a ser el candidato laborista en ellas. Pero su
labor en el Partido Laborista es titánica, y puede ser muy positivo como un
interregno entre dos formas de liderazgo, el de Blair, cercano al neoliberalismo y alejado de las bases, y un nuevo estilo del siglo XXI en el cual el Partido Laborista pueda reinventar la socialdemocracia. Todos los ojos están puestos en él, y hay muchas esperanzas. La pregunta es hasta dónde le dejarán llegar, tanto propios como extraños.
ABOUTME
Periodista y comunicador politico que quiere aportar una vision diferente de la politica internacional en todos sus escenarios, fuera de las noticias mas publicadas en los medios clasicos. En activo desde diciembre de 2014, siempre estamos reinventandonos para ofrecer la mejor informacion y la mas interesante.
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