La política exterior mundial se enfrenta en este otoño - invierno de 2016 a una serie de desafíos y eventos que tendrán su eco en las demás áreas de influencia planetarias. Elecciones, nuevos presidentes que se enfrentan al reto de su legitimidad, otros que buscan su supervivencia política de cara al futuro, y eventos de diferente índole protagonizarán las noticias internacionales en las próximas semanas. Desde LAS VUELTAS AL MUNDO, analizaremos los más importantes, intentando también predecir en la medida de lo posible los efectos que esto tendrá en el devenir futuro de los acontecimientos.
El 8 de noviembre será sin duda la cita más importante. En este martes, los Estados Unidos de América elegirán a su nuevo presidente, entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump. Las elecciones entran en este momento en su recta definitiva, con la celebración el próximo 26 de septiembre del primero de los cuatro debates entre ambos candidatos. La situación es de todo menos clara. La candidata demócrata mantiene en estos momentos una ventaja sobre su rival en la mayor parte de las encuestas, si bien su contundente superioridad en las pasadas semanas se ha ido diluyendo. Hillary llegó a liderar a Trump por 15 puntos, pero la revelación de más correos electrónicos por parte del FBI en el caso que afecta a la candidata por la utilización de un servidor privado de mensajería cuando era secretaria de Estado y el cambio de estrategia de Trump, que busca de manera desesperada ganar apoyo e intentar convencer a algunos de los sectores más reticentes a apoyarle, como los afroamericanos o el colectivo LGBTI, que apoyan masivamente a Hillary. Quedan muchas semanas de campaña, y literalmente todo puede pasar.
Dos días antes, el 6 de noviembre, Nicaragua también tiene una cita con las urnas. En estas elecciones, el sandinista Daniel Ortega, presidente desde 2007, y antes durante 5 años, buscará una nueva reelección. Las encuestas señalan que Ortega conseguirá la victoria con relativa facilidad, con mejores resultados que en las anteriores elecciones. Sin embargo, esta elección viene salpicada por la reciente destitución de 16 diputados opositores, entre ellos el principal rival de Ortega para las presidenciales, Eduardo Montealegre, líder del Partido Liberal Independiente; y por la nominación de Rosario Murillo, esposa del presidente, como vicepresidenta de la candidatura de Ortega. La situación parece perfecta para que el actual mandatario revalide su victoria sin demasiado problema, y mantenga su poder como uno de los últimos exponentes de la izquierda latinoamericana que ha ido perdiendo toda su influencia con el paso del tiempo.
Francia, por su parte, celebrará elecciones presidenciales el próximo año. Este invierno, sin embargo, será el escenario de las primarias de los dos principales partidos para elegir a su candidato para esta fundamental cita electoral. El principal partido conservador, Los Republicanos, será el primero, celebrando una elección a doble vuelta el 20 y el 27 de noviembre. En ella, el duelo esperado será el que enfrentará al alcalde de Burdeos, Alain Juppé, y el ex- presidente Nicolas Sarkozy. Juppé mantiene su ventaja en las encuestas, pese a la entrada de Sarkozy en la campaña.
Enfrente, el Partido Socialista está roto, envuelto en luchas por el poder entre el sector cercano al presidente Hollande y el contrario. Los socialistas celebrarán primarias a principios de 2017, y éstas se plantean de manera muy diferente a las de 2011, en las que el partido cerró filas y consiguió en última instancia la victoria presidencial de Hollande. En estas primarias, hay dos escenarios posibles. El primero es el de una candidatura del presidente François Hollande. Hollande podría incluso conseguir la nominación de su partido, pese a su mala gestión, si no hay rivales de entidad contra él o si no hay ningún candidato que pueda buscar votos en su mismo caladero. El segundo es el de una retirada estratégica del mandatario galo, y su sustitución por alguno de sus colaboradores más cercanos, como el primer ministro Manuel Valls o la ministra de Educación Najat Vallaud- Belkacem. En todo caso, y después de que la antigua primera secretaria del PS Martine Aubry y el recientemente dimitido ministro de Economía Emmanuel Macron, el favorito para ser el nominado es el ex- ministro de Economía y candidato en las primarias de 2011 Arnaud Montebourg.
Fuera de las elecciones, este otoño trae dos nuevos mandatarios que han alcanzado el poder sin haber pasado por las urnas. Los dos casos son muy diferentes. En todo caso, hay un punto en común: querrán demostrar que saben mandar y querrán ganar su legitimidad. La primera es la británica Theresa May, primera ministra del Reino Unido desde el 13 de julio de 2016. May sucedió así a David Cameron, que dimitió tras la victoria del Brexit en el referéndum del mes de junio, y aspira a gobernar con comodidad debido a la mayoría absoluta conservadora en la Cámara de los Comunes, y a la virtual incomparecencia de una oposición en cuadro. El principal reto de la nueva primera ministra, la segunda después de Margaret Thatcher, será gestionar las consecuencias del rechazo a Europa por parte de la mayoría de la sociedad británica, los efectos que este resultado está trayendo ya en el turismo y en la economía, las posibles consultas en Escocia e Irlanda, y en definitiva la salida británica de la Unión Europea.
En Brasil, Michel Temer es por fin el presidente carioca sin ninguna reserva, después de que el Senado destituyera por mayoría cualificada a Dilma Rousseff. Las perspectivas para Temer, sin embargo, no son buenas. La forma en que ha alcanzado el poder, mediante lo que muchos consideran un golpe de Estado institucional, con el partido de Temer, mayoritario en el parlamento brasileño, controlando a voluntad los tiempos, no ha estado exenta de polémica, y además de ello, tendrá que gestionar la quiebra económica del estado, tratar de poner una solución a los conflictos sociales crecientes y lidiar con una importante oposición popular, que niegan su legitimidad. Muchos son los que aplauden la destitución de Rousseff, pero deben ser conscientes de que la ideología del gobierno ha cambiado dramáticamente, desde la izquierda progresista a la derecha neoliberal, sin mujeres ni mestizos en el gobierno. El presidente ya ha acudido este fin de semana al encuentro del G20 en China, para buscar el apoyo internacional que le permita ganar legitimidad fuera de casa.
Tampoco hay que olvidar, de nuevo en Gran Bretaña, la nueva elección interna a la que se enfrenta el Partido Laborista, la segunda en un año, después de que un buen número de miembros del partido dejasen el equipo de la oposición tras la victoria del Brexit y forzasen un nuevo voto. Pese a todo esto, las encuestas muestran que Jeremy Corbyn, elegido el año pasado por una abrumadora mayoría, ganará sin problema esa elección y mantendrá el liderazgo laborista con mayores apoyos incluso que en septiembre pasado. Frente a él estará Owen Smith, que cuenta con el apoyo del grueso de los diputados laboristas, pero no del enorme número de simpatizantes y votantes que apoyan a Corbyn. Sin embargo, la previsible victoria de Corbyn no conllevará previsiblemente cambios en la percepción que de él tienen la mayoría de ciudadanos británicos, que le ven como un radical que hará imposible cualquier victoria laborista en los próximos años.
En Italia, se celebrará en el mes de noviembre un referéndum para aprobar o rechazar la reforma constitucional promovida por el gobierno de Matteo Renzi. Ésta consiste en un importante ajuste del poder parlamentaria, mediante la reducción del número de diputados, así como la suspensión de las provincias, un reajuste de las competencias del Senado, que ya no podría derribar a ningún gobierno, y que se convertirá en un "Senado de las Regiones", y la reforma de las mayorías cualificadas. La reforma fue aprobada por el parlamento, pero no por dos tercios, lo que obliga a un plebiscito. Sin embargo, la victoria del sí en el referéndum es de todo menos seguro. La mayoría presidencial defiende la aprobación, y la oposición en bloque se opone. Las últimas encuestas muestran un empate técnico entre ambas posiciones, con un enorme número de abstenciones. La situación puede complicarse, ya que el primer ministro Renzi anunció que, si ganaba el no, él dimitiría y dejaría la política, forzando a elecciones anticipadas.
Será también un otoño movido para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que tras muchos años intentándolo, consiguió en las pasadas semanas un acuerdo definitivo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, terminando de esta manera con un conflicto que ha durado más de 50 años. Este acuerdo deberá ser refrendado por un plebiscito que se celebrará el 2 de octubre, apenas 6 días después de la firma del mismo. Sin embargo, pese a la dureza de las negociaciones, no está asegurado que el acuerdo sea aprobado por el pueblo colombiano, debido en gran parte a la oposición de la derecha política, representada por el ex- presidente Álvaro Uribe, que se ha mostrado abiertamente en contra de cualquier negociación con la guerrilla terrorista, e incluso ha acusado a Santos de traición. Sea como sea, las últimas encuestas muestran una ventaja holgada del sí.
En definitiva, con lo expuesto, los últimos meses de 2016 serán de una gran actividad política. Algunos de estos eventos tendrán una importancia mundial, como las elecciones norteamericanas, mientras que otros se limitarán a influir localmente. A esto habrán de añadirse las crisis políticas y de otro tipo sobrevenidas que pondrán en problemas a algún líder político, la ya perenne lucha contra el terrorismo islámico y la crisis de los refugiados, con un acuerdo entre la Unión Europea y Turquía de una dudosa legalidad y que blanquea la situación del país otomano tras el fallido golpe de Estado del mes de julio. Todo ello formará parte de las páginas internacionales de los periódicos, y será seguido con mucho interés por el mundo.
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