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Senador, usted no es Jack Kennedy

El momento del debate vicepresidencial entre Lloyd Bentsen y Dan Quayle

Corría el año 1988, y los estadounidenses se preparaban para elegir a su cuadragésimo primer presidente. Por la limitación constitucional, Ronald Reagan, el entonces presidente, no podía optar a la reelección, y el Partido Republicano optó por el continuismo al elegir como candidato al vicepresidente George H.W. Bush. En cuanto a los demócratas, que no habían ganado unas elecciones desde 1972, con Jimmy Carter, celebraron las primarias de rigor, y de ellas salió que el nominado sería el gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis. Dukakis había vencido en las primarias al reverendo Jesse Jackson y al jovencísimo senador Al Gore. En cuanto a la nominación vicepresidencial, ambos optaron por senadores, aunque de perfiles muy diferentes. Dan Quayle, senador republicano por Indiana, de 42 años, fue el elegido por Bush, mientras que Dukakis prefirió nominar al veterano Lloyd Bentsen, que representaba en el Senado al estado de Texas. Como pasó en 1960, el candidato a presidente de los demócratas era de Massachusetts, y el candidato a vicepresidente era de Texas.

La campaña había sido curiosa. A pesar de empezar con fuerza en las encuestas, el vicepresidente Bush empezó a hundirse ante la buena campaña de su rival, el gobernador Dukakis, un valor en alza del Partido Demócrata, que empezó a subir en los sondeos, y a presentarse como previsible ganador. Sin embargo, una serie de errores sobrevenidos, sobre todo relacionados con su oposición a la pena de muerte o las dudas sembradas por el estratega republicano Lee Atwater sobre su salud mental, provocaron que en un mes perdiera 8 puntos en las encuestas, y fuera a remolque de Bush. En uno de los debates entre ambos candidatos, una pregunta sobre la pena de muerte dejó sin respuesta a Dukakis, y Bush lo aprovechó. En el mes de octubre, Bush ya dominaba a Dukakis por 10 puntos en las encuestas. Sin embargo, la campaña demócrata tenía muchas esperanzas en el debate entre los dos candidatos a vicepresidente, que se celebraría el 5 de octubre.

El hecho de que tras la Segunda Guerra Mundial 5 vicepresidentes, Nixon, Johnson, Ford, Mondale y el propio Bush, hubieran sido candidatos presidenciales provocó que en tres ocasiones se le preguntasen a Quayle durante la campaña por si sus cualificaciones eran suficientes para acceder a la presidencia si la situación lo requiriese. No estaba claro, porque solamente llevaba 8 años en el Senado, frente a los 17 de Bentsen. Las respuestas de Quayle a lo largo de la campaña permitieron que los demócratas diseñaran una estrategia particular para la respuesta. En pleno debate, el periodista Tom Brokaw le preguntó a Dan Quayle si se sentía capacitado para el caso de tener que hacerse cargo de la presidencia, o de suceder a Bush como candidato en futuras elecciones. Visiblemente molesto, Quayle declaró que tenía mucha más experiencia que otros candidatos que se habían postulado al cargo, y que tenía la misma experiencia que John Fitzgerald "Jack" Kennedy cuando se presentó a la presidencia.

Entonces, Lloyd Bentsen vio el cielo abierto y le respondió a su contrincante -"Senador, trabajé con Jack Kennedy. Conocí a Jack Kennedy. Jack Kennedy era mi amigo. Senador, usted no es Jack Kennedy". El auditorio aplaudió con rabia. Quayle, serio, contestó -"Eso ha sido realmente innecesario, senador". Bentsen dijo a modo de disculpas -"Usted ha sido el que ha hecho esa comparación, senador". El efecto que esas palabras tuvieron en el resto de la campaña fue muy poco, pero con los años, se recordaron mucho. Lo cierto es que, en honor a la verdad, no tuvo mucho sentido lo que Bentsen dijo, puesto que Quayle no se estaba comparando con Kennedy en aquel momento, sino que simplemente constataba que tenía tanta experiencia como él cuando llegó a la presidencia, aunque es cierto que durante muchos momentos de la campaña, el republicano se había comparado con JFK. Sin embargo, a muchos demócratas clásicos les gustó mucho que Bentsen defendiera así a uno de los símbolos del partido, y además, el tejano ganó el debate contra su rival.

Al final, en las elecciones del 8 de noviembre, la candidatura liderada por Bush y Quayle arrolló en las elecciones, obteniendo la victoria en 40 de los 50 estados del país, lo que se tradujo en 426 compromisarios. Dukakis y Bentsen solamente consiguió 10 estados más el distrito de Columbia, y solamente 111 compromisarios. El vicepresidente Bush sacó 7 millones de votos más que el gobernador Dukakis, y en 1992, fue derrotado por Bill Clinton y Al Gore. Sin embargo, aquella campaña se recordará siempre por las palabras de Lloyd Bentsen, que al final no llegó a la vicepresidencia pero quedó para la historia como un político mesurado y con sentido común. Dan Quayle, por su parte, fracasó como vicepresidente y no fue capaz de vencer en ninguna de las dos primarias presidenciales a las que se postuló, 1996 y 2000. Al final, el senador Bentsen no anduvo tan desencaminado en su aseveración, visto lo que ocurrió posteriormente en la campaña, y en el imaginario colectivo, Bentsen está bastante mejor valorado que Quayle. Y es que al fin y al cabo era cierto, James Danforth Quayle no era Jack Kennedy.

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